Llevo diez años sintiendo todo con la intensidad que corresponde a mi sensibilidad. He aprendido a conocerme y también a cambiar mis reacciones. Pensar me ha ayudado mucho.
Los primeros años con mi mujer fueron difíciles. Somos muy diferentes y ella es también una persona muy sensible. Yo perdía el control diez veces por cada vez que lo perdía ella. Desde hace tres años las cosas cambiaron bastante. Yo apenas perdía el control sobre mis reacciones. Sólo en las situaciones límite, situaciones que me hacen perder el control todavía debido a mi sensibilidad. Sin embargo, comparado con una persona cualquiera soy una balsa de aceite. Ahora estoy tratando de aprender a ganar más equilibrio pero estoy en un punto en podría ser incluso insano para mí. Con mi familia tengo una responsabilidad que ejercer y una salud física deteriorada. Sin embargo, me veo preparado para el reto.
«Si quieres ganar control sobre tus emociones tendrás que derretirte la cabeza. Yo tuve siempre el propósito de cambiar para ganar tranquilidad en mi vida. De momento, estoy en un punto en que lo he vuelto a lograr. Veo a mi alrededor a muchas personas que pierden el control. Quizás para alcanzar lo que tanto deseé tuve que llevar algunas cosas al extremo. Reflexionar sobre mis reacciones fue la más importante».