Para mí siempre es importante renovar ilusiones. Llevo haciéndolo años y me funciona. Si no tengo ilusiones pierdo motivación, y como decía el cocinero Jose Andrés: «Eso no queremos».
Cuando peor estaba sólo tenía una ilusión. De una manera la ilusión se transformó en Esperanza Bipolar. Quería emprender y comencé algo nuevo. Emprender me gusta porque significa crear para ver crecer algo bonito. Tuve varias ideas en forma de empresa para acabar, años después, fundando una organización sin ánimo de lucro. Una persona cercana, al decirle que había escrito dos libros, me contestó: «¡Qué intelectual!». También. Su hermana, al contarle que me dedicaba a personas que sufren trastorno bipolar me dijo.«A ti te gustaba mucho la psicología». Mi cuñada me remató: «Tú siempre has tenido muchas ideas». Muchas. Casualidad o no, también.
«Si sabes lo que te gusta y te dejas llevar, acabarás por encontrar tus ilusiones. La depresión tiene menos espacio con la ilusión. Te puede ilusionar un hombre, una mujer, tu trabajo, o las mariposas. Sólo necesitas prestar atención a lo que se presenta ante ti. Lo demás es cuestión de tiempo y un poco de suerte. Cuidar luego lo que encuentres y mantener la ilusión es la segunda parte. Esa parte requiere más inteligencia y de ella te hablaré mucho aquí.»