Hace unos días he recibido un correo electrónico que hablaba de estrategias para sobrellevar el trastorno bipolar correspondiente a la investigación del post anterior. La palabra sobrellevar no es una palabra que invite a superar o dejar atrás los síntomas, quizás simplemente no me guste por este motivo. Además, sobrellevar suele ir acompañado de la palabra «carga» o «problema», y estoy convencido de que no todos tenemos que sobrellevar la enfermedad. Aunque desgraciadamente algunos sí, pienso que la utilización de este tipo de palabras por los profesionales de la salud es una equivocación más importante de lo que pueda parecer.
Afortunadamente, leo, escucho, veo y observo cosas que no me gustan pero no me afectan. Ni sobrellevo ni padezco los síntomas, con lo que la enfermedad ya no es enfermedad para mi. He visto y conocido otras personas, muy pocas, que se encuentran en la misma situación. Aunque puede no servirte de mucho saberlo, puede ayudarte a darte cuenta de que es posible. Yo escribo en este espacio desde hace tiempo, para contarte cosas que sí pueden servirte. Si me he decidido a escribir este comentario no ha sido tanto por el e-mail que llamó mi atención, sino porque sé que hay muchas personas que hoy en día están obligadas a sobrellevar la enfermedad.
Mi actitud nunca fue la de sobrellevar sino la de superar el trastorno bipolar. Aunque sé que la actitud no siempre es suficiente, sin ella hay cosas que resultan imposibles. Dejar atrás la enfermedad es una de ellas. Es una verdadera lástima que sea una de muchas otras, igual de importantes o incluso más. Sin embargo, hablo hoy de ella porque me parece importante hacerlo. Y no se trata simplemente de una actitud positiva. Se trata de una actitud determinada a sentirse bien y mantener el bienestar. Cuanto más tiempo, mejor. Y cuanto mejor te sientas, más fácil te resultará mantener lo ganado porque no querrás perderlo nunca. Llevo en esta situación cinco años y la sensación es un auténtico placer :))
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Hace bien poco he leído la biografía de Rafael Narbona en su libro titulado Miedo de ser dos. Es otra persona más afectada por la bipolaridad, pero por lo que cuenta la enfermedad se ha mostrado más cruenta con él exigiéndole pagar con su vida en más de una ocasión y por más que este pago esté aún aplazado no se exime del mismo aún.
Así es, por esta y otras experiencias sólo puedo constatar que la enfermedad actúa con distinto grado e intensidad y que cuando la deseada eutimia no se mantiene en el tiempo la desesperanza bien puede campar a sus anchas. Entonces y desde ese agujero el discurso se torna pesimista y la enfermedad se representa como una pesada losa difícil de sobrellevar y muy exigente con las escasas fuerzas que te asisten. Estando como estás, con las fuerzas vitales contraídas y fuertemente menguadas, puede significar un durísimo ejercicio de supervivencia seguir hacia adelante.
Añado un enlace por si quieres echarle un vistazo.
http://rafaelnarbona.es/?page_id=8684
suerte y salud
Theo, personas que sufren la enfermedad de una manera intensa hay muchas. De todas formas. siempre se habla de la enfermedad como un todo, cuando sólo es una parte. Lo que uno hace con su vida y el entorno que le rodea es tan determinante que puede acabar por convertir la enfermedad en una circunstancia bastante irrelevante. Aunque para mi ya no significa gran cosa porque puedo hacer una vida como los demás, siento que haya personas que no estén en la misma situación. En mi ciudad hago todo lo posible porque su situación cambie a mejor, y, con muchas de ellas, lo estoy consiguiendo.