«Sol, sol, sol, calienta por favor…» Decía la letra de una canción que cantaba mi hija Raquel cuando era pequeña. He pasado una semana de vacaciones al sol con mi familia, y me ha sentado muy bien. Calor, sandalias, y descanso. Nada mejor después de unos años bastante intensos. Si pudieras ver mi vida por un agujero te preguntarías dónde está la intensidad. La respuesta: «En todo lo que hago».
LLegar a este punto en mi vida, ha sido posible gracias a un gran número de casualidades. Lo más importante suele llegar de esta manera: de casualidad. Así que no te rompas la cabeza pensando en qué tienes que hacer mañana o el mes que viene. Simplemente estate bien atento a lo que cada día te trae porque siempre encontrarás algo a lo que agarrarte y de lo que disfrutar. Eso sí, no te agarres muy fuerte porque no nos conviene llegar al punto en que ya no seamos capaces de soltar. No es una adivinanza, es un consejo. Un consejo que me doy también a mi mismo. Si no te gustan los consejos, haz una excepción con éste. De bipolar a bipolar.
El título de este comentario tiene un motivo concreto. El sol afecta al estado de ánimo de cualquiera, y a quienes estamos diagnosticados con trastorno bipolar especialmente. En verano y con sol uno siempre se activa más y tiende a ver todo en colores. Por este motivo, resulta útil no dejarse engañar por el buen tiempo. Estos días de vacaciones en el sur, y algún que otro verano que todavía recuerdo, me han ayudado a darme cuenta de lo que puede influir el buen tiempo. Tengo que estar especialmente atento a los pequeños cambios porque no tengo intención de dejarme llevar para que luego me tengan que recoger. Hay que hilar muy fino con esta enfermedad. LLevo años haciéndolo y lo seguiré haciendo toda mi vida. Si no lo hiciera me llamaría tonto después. Además de todo lo que sufriría antes de llamarme tonto. El año que viene tengo algunas nuevas actividades que comenzar y tengo que estar fresco y descansado. Después de las vacaciones siempre me pasa lo mismo. Con el dolor y el ir y venir, necesito otras vacaciones. 🙂
Hay 2 comentarios en este articulo
el sol es fantástico, es de las cosas que más disfruto. mucha luz, muchas ganas de vivir pero con mucho orden y priorizando siempre lo posible de lo imposible
genial, Juan. ¿Y cómo distingues lo posible de lo imposible? :))