Supongo que cuando uno empieza a sentirse mejor después de llevar bastante tiempo sintiéndose deprimido, o con pocas ganas de vivir, el miedo a subir puede limitar su bienestar más de lo necesario. Cualquier miedo es humano y está siempre anclado a un pasado que no tiene porqué repetirse. Con unos buenos hábitos me parece bastante difícil volver a sufrir la euforia, entre otras muchas cosas, porque ser muy consciente de cómo te sientes te ayudará a detectar posibles cambios por pequeños que sean.
Una de las maneras de no sentir miedo a volver a vivir algo que preferirías olvidar es plantar tu campamento base en la tranquilidad. Salgo de él una vez cada quince días y disfruto con mucha intensidad de la experiencia. Llevo instalado en una rutina tranquila los últimos cinco años y, sin embargo, tengo una vida emocionante y con la intensidad suficiente como para levantarme de la cama con ilusión y de buen humor casi todos los días. Simplemente el recuerdo de los muchos años en que necesitaba una grúa para levantarme me hace saborear especialmente mi vida de ahora. Para mi es apasionante lo que hago, aunque para otro podría ser la vida más aburrida del mundo. Si me vieras por un agujero podrías pensar: «este hombre tiene una vida aburridísima». Lo que hace la mayoría del mundo a mi me parecía lo más aburrido del mundo. Habría otras muchas cosas que me harían sentir con más intensidad pero renuncio a ellas porque sé que no serían tan sostenibles como todo lo que hago hoy en día. Si algún día quiero emociones fuertes, me iré a Port Aventura.
Llevando una vida tranquila es difícil desequilibrarse, aunque no te exime de todos los riesgos. Para no correr riesgos, he tenido que cambiar mucho mi manera de pensar hasta tal punto que nunca más he vuelto a tomar decisiones movido por la impulsividad. Aunque hoy mismo me podría dejar llevar por ella, no lo hago porque sé que lo que estoy consiguiendo en los últimos años quizás no sea tan fácil como me parece.
Perder la perspectiva de cómo te sientes realmente depende del tiempo que haya pasado de tu última crisis o de los años que lleves disfrutando de la vida. Disfrutar de la vida no es sólo disfrutar de la estabilidad. Supone sonreír a menudo y reír de vez en cuando. Me encantaría que este blog te haya ayudado a reencontrarte con quien eres, porque todo lo que aquí escribo simplemente son pistas que indican la forma en que yo encontré mucho más que la estabilidad. En realidad, lo único que tenemos, de verdad, es esta vida y cuando se acerque el final ya no será un buen momento para lamentarse por lo que no hicimos 🙂
Hay 2 comentarios en este articulo
Bendita rutina!!! me siento tan identificada. En pocos años he construido una vida tranquila, sencilla, a la que puedo controlar. Al principo echaba de menos los subidones, ahora no los quiero ni en pintura. Gracias por escribir el blog
Yo también he construido una vida tranquila y me siento mucho mejor con ella. De todas formas, todo es muy relativo. Hago algunas cosas que para muchas personas serían muy estresantes, y para mi son muy estimulantes. Y hago otras actividades muy tranquilas, que para muchos serían muy estresantes. Yo tampoco echo de menos los "subidones" porque vivo en un "subidón permanente" :))