Algunos dicen que sin problemas no se puede alcanzar la felicidad. Hay frases que me hacen reír en cuanto las leo. Yo la corregiría de la manera siguiente: sin problemas la felicidad no tiene tanto mérito. Bueno, quizás tenga también mucho mérito teniendo en cuenta lo escurridiza que parece ser.
Aunque ya hablé algo sobre esto hace algún tiempo, vuelvo al tema. También dicen que las crisis son oportunidades encubiertas. Afortunados son quienes han llegado a esa conclusión. Las crisis, con trastorno bipolar o no, son oportunidades para aprender. Y si aprendes poco a poco, mucho a mucho, o golpe a golpe, aprovechas lo positivo que pueden tener. Mi última crisis sucedió en el año 1999, una manera de terminar el milenio muy dolorosa. Aquello fue como romperme en pedazos por dentro. Aunque la experiencia es historia, nunca es historia pasada. En términos médicos, brote psicótico. En mis propias palabras, tocar fondo. Algún día te contaré detalles importantes sobre lo que recuerdo de aquellos días que hoy recuerdo.
Dicen que todo problema tiene su solución. Viva el optimismo. Aunque yo hoy puedo hablar con el mismo optimismo, hace veinte años la frase me hubiera sonado vacía. Después de todo lo vivido, depresiones y manías, una de las cosas más importantes que he aprendido es que la solución de muchos problemas se llaman alternativas. Aquí entra la intuición de cada uno. Si tienes desengrasada esa parte de tu cuerpo, empieza a agitar las neuronas. Seguro que algo útil sacas haciéndolo ahora mismo.
La solución al problema del hambre es comer. La alternativa, encontrar la manera de poder alimentarse. Piensa en tus problemas de esta manera. Encontrarás salidas donde nunca antes las habías visto. Y descárgate el libro. Te va a encantar :))