Hace cuatro años me casé con Isabel. Era mi segunda boda y nos fuimos a pasar una semana a Ibiza para celebrarlo. Antes estuve casado con Reyes, mi primera mujer. Hasta que perdió la vida sin haber cumplido cuarenta años. Entró en nuestra casa en llamas y a oscuras. Las llamas rugen. No pude despedirme de ella aunque estábamos en boxes de cristal contiguos en la unidad de grandes quemados de un hospital. Nuestros hijos están hoy a nuestro lado gracias a ella.
Hablar del trastorno bipolar después de recordar los días más difíciles de mi vida no es fácil. Así todo, voy a hacerlo. Los profesionales de la salud hablan de un tratamiento integral que en la práctica resulta difícil y no es accesible a todos. Uno de los grandes problemas que parece inevitable para que las personas dejen de sufrir. Si quieres descargarte un documento puedes hacerlo en este enlace de la psiquiatría. Si lees el resumen verás algunas conclusiones respecto a la psicoeducación. En el 2010 las cosas estaban así. Daniel Goleman escribió su libro «Inteligencia Emocional» en el año 96 y todavía algunos no saben lo que es. Como muchos profesionales no hacen algo útil con lo que ya se sabe, lo iré haciendo yo.
El otro día leí una entrevista al Dr. Vieta en un diario digital. Afirmaba que los profesionales intentan tratar de forma integral a sus pacientes. Me llamó la atención el verbo intentar. Como científico que es, habla con mucha precisión. Adelante. Háganlo y dejen de intentarlo.