Cuando me dejé llevar encontré mi paraíso. Nunca más he tenido problemas de adaptación. Sé disfrutar siendo yo mismo. Así disfruto de la vida todos los días.
Empecé a reunirme con personas diagnosticadas con trastorno bipolar hace doce años. Fundé Esperanza Bipolar y tuve buenas sensaciones desde casi el principio. Ver que la mayoría mejoraban en poco tiempo me enganchó. Como me gusta escuchar, no tenía que hacer mucho esfuerzo. Tenía mucho interés en aprender todo lo posible sobre la enfermedad. También me gusta pensar, y escuchar con atención a los demás me ayudó a dar con mis primeras claves sobre el trastorno bipolar. Casi todo era disfrutar. Una sensación muy nueva para mí.
«Si te cuesta adaptarte, busca siempre la comodidad. Da igual si se trata de la familia, una pareja, los amigos, o el trabajo. La tranquilidad es la base para empezar a aprender. Después puedes ganar flexibilidad sin tanto esfuerzo. Se trata de lograr lo que quieres de manera gradual. Si los obstáculos son grandes te frustrarás y abandonarás. Si tienes pequeños éxitos, acabarás por disfrutar.»