Le pedí un favor. Que me acercara cinco minutos más allá explicándole que yo tenía una discapacidad física. Tuvo tiempo para pensarlo y decidió dejarme donde le convenía.
Sabía mucho de violines, poco de humanidad. Quizás un día escuchó la palabra humanidad, igual que rododendro. No la entendió. Me bajé en la anterior parada con un ligero rebote que me duró tres pasos.
–¿Estás seguro de que no quieres que te baje enfrente del ayuntamiento?– me preguntó.
-Segurísimo -le contesté antes de bajarme. Fue el único regalo que pude hacerle.
La falta de tiempo es un cáncer de la sociedad. La falta de sensibilidad es una metástasis del primero. Las enfermedades mentales relacionadas con estos cánceres tienen tratamiento. Depresiones incluidas. Ayer pensé en lo mal que está el mundo. Hoy volví a pensar y me di cuenta de que nunca antes me había encontrado una persona tan insensible en Bla Bla Car. Menos mal que ya sabía algo importante. Lo que tú esperes del mundo, al mundo le importa bien poco. Lo leí en un libro que corregí varias veces hace ocho años. Con trastorno bipolar uno no se traga ese sapo sin vomitar ni con seis recetas encima. Vamos, que ni estabilizado. Yo había dormido cuatro horas, algo que no recomiendo a nadie con esta enfermedad. Mi cerebro debe funcionar como una bombilla de bajo consumo. Y no me alteré. Como mucho me subió la fiebre dos décimas. No me esperaba que se negara a hacerme tan pequeño favor. Hace diez años, una sorpresa en forma de cuchillada me habría hecho vomitar su nuca. El conductor era un hombre con un concepto de la amistad que le obligaba a no faltar al cumpleaños de un amigo a pesar de estar cansado. Algo es algo. También sabía fabricar violines.
» Con trastorno bipolar debes luchar contra la falta de tiempo e intentar ser generoso. Una buena reserva de tiempo para ti es muy necesaria. Si además piensas en los demás puedes llegar a sentirte muy bien. Mucha gente no te lo contará. Algunos por falta de tiempo, otros por falta de humanidad. Y otros porque no saben lo importante que es con trastorno bipolar«
Hay 2 comentarios en este articulo
La humanidad es tan frágil como una orquídea en el desierto.
Así es. Y en la humanidad hay tantos cardos como orquídeas. Esa parte es la que se me clava a veces.