Desde hace seis años. Aunque me alegro mucho de no haber vuelto a caer en una depresión, me alegro más de saber cómo no volver a caer. Me ha llevado mucho tiempo descubrir la manera de disfrutar desde que me diagnosticaron con trastorno bipolar.
Aunque este tema da para un libro, aquí van algunas líneas. Sentirte incapaz o sin ilusiones puede llevar a algunas personas a la depresión. Ahora no cumplo ninguno de los dos requisitos y me siento feliz. Si eres vulnerable a la depresión, más importante es para ti encontrar algo que te ayude a encontrar motivos para vivir. En los últimos años, yo tengo muchos que me hacen levantarme de la cama sin esfuerzo y, muchas veces, con una sonrisa. Nada que ver con lo que fue mi vida durante los cinco años en los que mi salud era muy frágil. Me deprimí más de una vez, acabé en el hospital también más de una vez, y cuando me estaba recuperando, la vida me dió el último zarpazo.
Han pasado ya nueve años desde entonces. Puedo decir que he tenido cuatro vidas en una, La primera, hasta mi primera depresión con treinta años. La segunda, hasta los treinta y cinco, edad a la que empecé a recuperarme. La tercera duró sólo tres años hasta el día en que perdí a mi mujer, y casi pierdo mi vida o a mis propios hijos. Es un lujo tenerlos a mi lado. Y a mi segunda mujer. Mi vida es excepcional por muchos motivos. La tuya seguro que también lo es, o lo fue.