Antes perseguía a las personas que quería ayudar. También a amigos a los que me sentía muy unido o me gustaban mucho. Me dolía comprobar que algunos amigos no tenían el mismo interés.
Ya no. Algo importante cambió dentro de mí. Hoy estuve con un buen amigo que hace tiempo que no veía. He perdido mucha necesidad y me siento como nunca. Ya no me siento mal cuando veo que alguien pasa o no responde. No me gustan las personas intermitentes pero he aprendido a tener relaciones más intermitentes. Aunque han perdido intensidad y son muy diferentes, no me disgusta seguir hablando con amigos de manera esporádica. Dejar de tener contacto o la decepción de no tener la misma respuesta tiende a enfriarme. Soy así y no puedo cambiarlo. Me imagino que algunos amigos sentirán lo mismo que yo o algo parecido. Lo que sí intento evitar es el contacto cuando veo que me hace daño. Casi nunca me pasa, pero todavía algunas personas no tienen la sensibilidad suficiente para tratar conmigo. Sé que soy más sensible que muchos hombres pero no quiero cambiar. Así soy feliz y si toca sentir siento. Y no siempre es agradable lo que siento. Con trastorno bipolar las relaciones con amigos pueden estar condicionadas. Todo depende de cómo sean las dos personas implicadas. Si buscas la máxima afinidad te costará mantener las relaciones.
«No se puede no esperar nada de alguien. Para llegar a ese extremo hay que sufrir antes mucho daño y de manera repetida. Yo intento no hacer daño pero ahora estoy aprendiendo a evitar que me lo hagan si me doy cuenta a tiempo. Todavía me cuesta hablar claro cuando es necesario. He mejorado mi manera de relacionarme con mis amigos y mi familia. Si lo consigues mejorará tu salud un cien por cien«