Me gusta apuntar en una agenda cuántos días tomo medicación para dormir. Como tengo dolor crónico, a veces, la necesito. En 2017 he necesitado tomar un sedante ochenta y dos días. El resto nada, y cada día duermo mejor. Casi nunca llego a la dosis mínima efectiva, ni siquiera a la dosis pediátrica. Desde hace tiempo, mi psiquiatra confía en que puedo estar sin tratamiento diario.

También me siento más seguro. Atrás quedan los últimos avisos en los que me sentí con algún riesgo. Todo lo que he aprendido me ha ayudado mucho y ahora me limito a seguir con mi vida teniendo en cuenta lo más importante. Mi prioridad siempre fue sentirme bien y lo he conseguido.

Este blog sobre el trastorno bipolar ha cambiado a la vez que yo. Primero tuvo la forma de diario, y luego se transformó en un lugar donde empecé a reflejar mis conclusiones para no sufrir los síntomas y disfrutar de la vida. Mi situación ahora es difícil de mejorar, así que trataré de mantener todo lo ganado que es mucho.

Me siento mucho mejor que el año pasado. Soy capaz de hacer más cosas que antes sin sufrir estrés, y ése ha sido mi mayor avance. También me siento más libre para hacer lo que quiera y sin miedos. No tenía ninguna seguridad de que llegaría a este punto, pero he llegado. Lo que sí hice todos los días en que me sentí mal es reflexionar. Ahora toca vivir.