Esta Navidad ha sido especial. He comido turrón y he tragado rabia. Como suele suceder en estos días entrañables, la familia se reúne al calor del hogar.
Lo llamativo es que la rabia de hace un mes, ha salido a presión un día como hoy. Menos mal que soy lo suficientemente inteligente para soltarla en un momento más adecuado, aunque no con la persona más adecuada. Al soltar mi rabia, he contagiado tristeza. De emoción a emoción y tiro porque me toca. Lo que he aprendido esta vez es que no conviene tragarse los sapos sin vomitar. Quien vomita, goza de mucha mejor salud.
Ahora me pregunto si la población que visita psicólogos y psiquiatras es sólo el sumidero de mierda de los que no lo hacen. Menos mal, porque si no, las colas serían como las del Corte Inglés en rebajas. Antes de la crisis, claro.
Hay 4 comentarios en este articulo
Estamos totalmente de acuerdo el que se traga los sapos sin vomitar se va a sentir muy mal, mejor es vomitarlos, y de hacerlo que sea con la persona y el momento adecuado
opino que lo inteligente, emocionalmente hablando, es soltar la rabia con quien la genera aún siendo pongamos por caso un jefe....siempre puedes hacerte con una buena diana...una foto y unos dardos con lo que afinar la puntería...vale también un buen montón de cojines a los que golpear...supongo que hay más formas imaginables de "gestionar" la rabia adecuadamente una vez instalada...cuando lo más deseable es detectarla a tiempo y resolverla con la mejor asertividad de la que uno sea capaz....si finalmente se descarga contra otra persona, los queridos frecuentemente, conviene advertirles de tu carga de rabia y furia....supongo que es lo más honesto y la primera razón que se les puede ofrecer para advertirles del territorio minado en el que estás y desde el que recibes....y sí las consultas que citas están repletas de personas que buscan claves con las que encontrar su lugar en la jungla donde abunda tanto indeseado....también no dejan de ser un lugar de limpieza, catarsis, aprendizaje, crecimiento, etc
hacen su papel y lidian con las vulnerabilidades de uno...son caras eso sí y útiles también
hay demasiada "toxicidad" con la que tratar y antes de hacerlo con la de fuera uno debiera hacerlo con la que lleva
cita existencial
la vida es un eterno transformarse, creerse ya hecho equivale a matarse
se me acaba de echar la imaginación al vuelo y puede que en una sociedad distópica todos llevaríamos una especie de emoticón visible en la frente que advirtiera a los demás de cuán capullos, amables, simpáticos y cuantos estados emocionales queramos añadir. De este modo uno alzaría sus defensas o las dejaría al pairo....bueno es la última tontería que se me ha ocurrido.....mejor hacerse con buenos y útiles recursos e ir por la vida "justo con una gabardina en lugar de corazas"
have a nice day free toxics
Carlos, ¿y cuál es la persona y el momento adecuado? La persona es la que te mete el sapo en la boca, ¿no?. El momento, cuanto más tarde mejor, supongo. Para no meter tu sapo en la suya :))
Todos los comentarios son valiosos, pero he encontrado al tuyo un valor especial. No voy a subrayar lo más importante porque lo estropearía. Y no hace falta que imagines, todos llevamos el emoticón en la cara que refleja nuestro estado interior :))