Ayer estuve con dos amigos en un bar. Ella bipolar, él diferente. Hablando sobre la asociación y la enfermedad llegó un momento en que tuve que explicar algo. 

-Lo siento, no creo en la psiquiatría -me salió así.  

-¿Y en tu psiquiatra? -me preguntó ella.  

-mi psiquiatra es el anti-psiquiatra – dije.

-¿y eso? – me preguntaron.

Después de mirar a un lado de nuestra mesa, vi un cartel de Guns and Roses.

-Si la psiquiatría mira hacia allí – dije girando la cabeza hacia las pistolas y las rosas,

mi psiquiatra mira hacia Carlsberg – afirmé al ver blanco sobre verde. 

Un buen resumen en pocas palabras. Después de charlar un largo rato sobre mi experiencia y mi visión sobre la enfermedad, me di cuenta de muchas cosas. La más importante quizás sea el porqué me hace sentir mal saber cómo se trata la enfermedad. No creo en la psiquiatría, creo en las personas. En abstracto, no creo en el enfoque de la psiquiatría. De todas formas, tengo que convivir con ella. Tiene que ser una profesión muy dura y difícil.