Al leer el anterior comentario me he dado cuenta de que sabía que me iban a sentar muy bien los días de descanso. Cuando tienes exceso de algo hay que parar. En mi caso tengo bastante claro dónde están los excesos y dónde tengo que ponerles los frenos.

Estos quince días he dormido mejor que en el resto del año. Buena señal para el día en que deje algunas cosas que tengo entre manos. Ni yo mismo me lo esperaba. Lo que mejor se aprende es aquello que no te esperas. En los últimos años he vivido tres momentos importantes que me han enseñado mucho. Y lo más importante: lo he aprendido de verdad.

También es cierto que uno no termina nunca de conocerse. Sobre todo porque todos cambiamos un poco todos los días. Eso con suerte, siempre que sea en la dirección de sentirse mejor. Yo ahi sigo y no bajo la guardia. Con trastorno bipolar no es bueno confiarse. Al menos, eso me dice la experiencia reciente y cosas que he visto en los últimos años. Este verano te dejaré descansar de ciencia. En septiembre volveré con los dos posts semanales.