Nunca sé muy bien cómo continuar estas pequeñas series sobre el trastorno bipolar y su posible relación con cuestiones que nos afectan a todos como personas. En esta ocasión, releer el último comentario y reflexionar sobre él ha sido suficiente para volver a derramar palabras que te invito a leer.

Hablar de mediocridad o virtuosismo es, de alguna forma, tomar como referencia dos polos que se encuentran en los extremos. Quizás por este motivo me diagnosticaron con trastorno bipolar. Y reducir la realidad a los extremos, también puede contribuir a hundir nuestra autoestima sin darnos cuenta. Si no me considero virtuoso en ninguna disciplina, habilidad o desempeño me coloco en el grupo de los mediocres. Insatisfacción y contemplación de las virtudes de los demás para menosprecio de nosotros mismos nos esperan. Es muy posible que debamos cambiar la forma de clasificar todo con adjetivos o nombres situados en los extremos de un abanico mucho más amplio.

¿Por qué no empezamos a hablar de competencia? Todos somos individualmente competentes dependiendo de nuestras capacidades y habilidades. Especialmente éstas pueden brillar en los entornos más apropiados y en las circunstancias más favorables. No todas las flores germinan en las mismas condiciones de temperatura o humedad. Ni agradecen las mismas condiciones del sustrato. Sin embargo, se puede contemplar su belleza en lugares donde nadie podría esperar encontrarse una.

Muchas veces nos damos cuenta de la incompetencia de los demás, incluso en actividades profesionales aparentemente sencillas. Realmente es una buena noticia. Nuestra competencia puede crecer día a día sea cual sea nuestro lugar en el mundo. No es necesario ocupar lo que se conocen como puestos de responsabilidad porque todos ocupamos uno. El puesto de responsabilidad de nuestra vida y nuestros propios actos. La responsabilidad de velar por nuestra propia salud y colaborar, en la medida de lo posible, en el bienestar de los demás.

Desde que decidí que una de mis mayores responsabilidades es esta última, mi salud ha mejorado llamativamente. Aunque estés diagnosticado con trastorno bipolar puedes intentarlo. Y puede que te sorprendas de la evolución de tu propia salud. Ójala así sea. Y si dejas unas líneas escritas enriquecerás el blog con tu punto de vista. 🙂