Y para terminar esta serie sobre trastorno bipolar y autoestima, tres últimas ideas que pueden ayudarte en este sentido a valorar lo que eres capaz en su justa medida. Dicen que la autoestima crece en los entornos emocionalmente amorosos y respetuosos. Si no has tenido la fortuna de tener a tu lado personas que te valoren tal y como eres, quizás la mejor alternativa es que te alejes de ellas para poder crecer. Si además de hacerlo tienes la precaución o la inteligencia para no herirlas, mucho mejor para ti. Puede que haya personas que ni siquiera te merezcan, no siempre se recoge lo que se siembra. Atreverse a dar el paso no es fácil, pero no darlo es perjudicial y una garantía para tener «más de lo mismo».

Si te fijas en el desempeño del hombre corriente en cualquier tarea te darás cuenta de que, salvo excepciones, todos somos ese «hombre corriente». Si eres de los que no se perdonan el más mínimo error o la debilidad más humana, siempre llevarás exceso de equipaje. Y esta vida ya pesa lo suficiente como para llevar una maleta de más. El exceso de importancia o el perfeccionismo insano no merecen la pena. Oblígate a practicar, de vez en cuando, el escepticismo sano: «quizás la cosa no sea para tanto»…
Desdramatízate a menudo, y trata de darle la vuelta a las situaciones antes de que ellas se vuelvan contra ti. Y, por último, pasa a la acción. La pasividad es el mejor caldo de cultivo para una baja autoestima. Si no quieres enfrentarte a una reunión social porque crees que no te vas a sentir cómodo, házlo sin pensar. Si no te atreves a salirte de las situaciones en las que te sientes seguro, reúne el valor para hacerlo. No lo conseguirás en el primer intento, pero cada vez te costará menos y llegará un día en que se convertirá en algo natural para ti.

Y para terminar, cuando te veas en disposición y con la fuerza mínima para ayudar a alguien, házlo. Siempre encontrarás alguien que pueda necesitar de tu ayuda, aunque se trate simplemente de tu compañía, de tus palabras o tu tiempo. El simple hecho de ayudar a alguien se convertirá en el verdadero salto hacia adelante, que te hará olvidarte de ti mismo, de tus preocupaciones y de tus inseguridades. Porque ayudar ayuda. Y aunque estés diagnosticado con trastorno bipolar siempre podrás encontrar en tu entorno a alguien que valorará, agradecerá y te devolverá con creces lo que hagas por él. Te lo devolverá en forma de bienestar. Y cuando llegue ese momento quizá ya no vuelvas nunca más hacia atrás.