Durante los primeros años de ejercicio de mi profesión como ingeniero fui convirtiéndome en una persona insegura día tras día, y año tras año. Demasiadas dificultades para desempeñar mi trabajo, muchas de ellas «patológicas», fueron minando mi autoestima hasta acabar por deprimirme. Digo patológicas porque considero que muchas de ellas se encontraban en un extremo dentro del abánico de las posibilidades. Aunque ahora comprenda muchas de las dificultades y fuera capaz de salvar la mayoría de ellas, estoy muy feliz con mi nueva vida. En los extremos siempre se cultivan los primeros síntomas del trastorno bipolar.
Con el tiempo, fui adquiriendo habilidades pero siempre a un ritmo lento y con demasiados trompicones. Cuando superaba un obstáculo, en forma de debilidad, aparecía otro que también me afectaba pero se hacía más latente al haber desparecido el «primero de la pila». El día que abandoné mi profesión, ya sólo quedaba un obstáculo del que hablaré algún día, pero era lo suficientemente importante como para decidir el abandono. Aquella decisión marcó un antes y un después en mi vida, porque supuso el punto de partida de mi recuperación. Los cambios radicales de vida y de entorno pueden suponer un cambio igual de radical en la salud de quien tiene la valentía de afrontarlos.En mi caso particular, yo no lo afronté con ninguna valentía, porque mi decisión estuvo más motivada por el desgaste y el cansancio de tener que avanzar durante demasiado tiempo contracorriente. Sea cual sea tu situación, si crees que soltando una situación vas a encontrarte mejor, házlo sin pensar.
La inseguridad no era la única carga que tenía que soportar. Nunca pude asumir por mi carácter, la incapacidad para mantener una motivación permanente, la ausencia de sentido y una mediocridad, todas ellas profesionales. También me faltaba la chispa necesaria para vivir con una maleta tan pesada, una chispa que no se encuentra en la Coca-Cola. Demasiados males, y pocos remedios. Los remedios de farmacia, como son llamados en Latinoamérica, apagan fuegos pero a mi no me lograron «reverdecer». La hierba empezó a aparecer sólo después de comenzar una nueva vida, con una nueva rutina y una única idea en mente que pude concluir hace poco más de un año: mi primer libro.
No me extraña que no dejes ningún comentario estos días. Te tiene que gustar mucho escribir para dejar de lado la playa, la terraza, la familia o los amigos 🙂
Hay 15 comentarios en este articulo
Esta claro Alberto, algo similar me sucedió con mis capacidades intelectuales y mi seguridad, en mi caso segui trabajando un tiempo anormalmente, con subidas y bajadas, me cambie de residencia y empece a trabajar en lo que era mi hobbie, la kinesiologia, y es una labor muy placentera. Ese cambio me funcionó de maravilla, y al estar centrado en algo de mi gusto, volvió la confianza y una mejoría grande en la parte cognitiva.
El problema es que no todos, y me atrevería a decir que muy pocos, pueden hacer lo que les gusta.
Creo.
Me identifico totalmente con lo que hoy nos cuentas, al tiempo que me alienta en mi camino. Ando en mitad de un proceso de suelta de lastre profesional, tras años de lucha con la máscara puesta y el esfuerzo que supone.
Ha sido hoy que me he sentido con ganas de escribirte; sin playa, sin terraza ni amigos, eso sí todavía me queda la familia.
Gracias por compartir tus experiencias que son las de muchos de nosotros.
Me gusta mucho lo que escribes, y cómo lo escribes. . .estoy deseando leer tu libro.
No es por vacaciones, en mi caso con el móvil con internet, uso poco el PC. . .
Gracias!! :)
Aprovecho la ocasión de tener que mandar un Email desde una bar vía Wifi para mandarte mis saludos desde la costa Cantábrica. Dentro de poco el verano quedará atrás y ya veremos si soy lo suficientemente constante con los buenos deseos que ahora apunto.
Luis, en ese sentido tuve la misma "suerte" que tú. Aunque llevo mucho tiempo "trabajando" por mi mejoría, reconozco que di en el clavo al elegir. Hice varios intentos anteriores por reconducir mi situación pero, en algunas ocasiones, sólo logré empeorar mi salud. Mi único mérito fue, sin duda, no dejar de intentarlo :)
Fernando, aunque me cuesta asumir tu afirmación creo que tienes razón. Pero, al igual que tú, sólo lo creo :). Nunca he pensado ni he creído el cuento de hadas de que uno siempre puede elegir. Ojalá así fuera, pero creo que no lo es. Lo que sí me atrevo a afirmar es que las opciones siempre son más de las que aparentan ser y, muchas veces, el problema es no verlas o no decidirse por alguna de ellas que podría cambiar nuestra situación a mejor.
Rosaire, me hace mucha ilusión que te hayas animado a escribir en el blog y que estés esforzándote por tu recuperación. Estoy deseando volver a leerte y que nos cuentes qué tal te va después de los cambios, que seguro que es una buena noticia :)
Gracias, Ana! A mi también me gusta leer lo que escribes, y cómo lo escribes ;)
3j, te conozco lo suficiente como para saber que eres una persona muy constante. Tus palabras, a veces, me hacen sonreir porque hace algún tiempo podría haberlas escrito yo mismo :) Nos vemos muy pronto!
Inseguridad y pérdida de la capacidad cognitiva.Justo lo que vengo sintiendo desde hace por lo menos 5 años. Y ahora, se avecina el limbo.
Mariana.
Mariana, nunca sabemos lo que se avecina. Así que puedes olvidarte del limbo :)
Hola Alverto, me gustan tus palabras y adhiero al 100%
En especial quedó picando en la cabeza la frase......
''''Sea cual sea tu situación, si crees que soltando una situación vas a encontrarte mejor, házlo sin pensar''''
Esa siempre fue mi actitud...Y siempre que suelto las situaciones difíciles/incómodas, me siento mejor..Ahora nunca supe explicar el porqué...¿En tu caso cual es?
Saludos! ;)
A propósito, qué bien que escribas un libro!! Se dice que los bipolares somos creativos..(yo personalmente lo soy..)Despúes de tanto sufrimiento algo bueno nos tenía que tocar!!
No siempre han sido las mismas. Abandonar mi profesión fue la primera decisión en que solté una situación que se alargaba demasiado sin conseguir resolver dificultades muy importantes. Ahora ya no tengo que decir que no a tantas cosas, pero sí a algunas...