No pensaba escribir ninguna publicación sobre las nuevas experiencias, pero aclarar este punto relacionado con el comentario anterior me parecía importante. Las nuevas experiencias no tienen nada que ver con los deportes de riesgo ni los cambios de vida radicales. Una nueva experiencia para una persona diagosticada con trastorno bipolar es lo mismo que una nueva experiencia para cualquiera. Actividades como aprender a tocar la guitarra, a bailar tango o salsa, recibir clases de teatro, pintar acuarela, descubrir la filosofía o hacer senderismo tienen un beneficio directo sobre la salud y pueden ayudarnos a incrementar nuestro nivel de bienestar de una manera llamativa.

Si tienes la fortuna de descubrir en cualquiera de estas nuevas actividades una verdadera pasión, entonces tu salud puede dar un verdadero paso de gigante. En mi caso particular, la escritura me abrió un mundo nuevo y desconocido, y su efecto ha sido asombroso. Además de fortalecer la memoria y evitar el embotamiento de muchas facultades mentales, me ha servido para ordenar mi vida, una vida que estaba realmente desordenada.
Descubrir una habilidad en ti que puedas ir desplegando con tiempo, ilusión y dedicación ayuda a sentirse mejor con uno mismo y centrar tu atención en cualquier actividad creativa o  no, te saca obligatoriamente de «la vida hacia dentro» que muchas veces sólo sirve para incrementar tu ansiedad o ahogarte en preocupaciones sin ningún sentido.

Si la actividad que decides elegir es una actividad social, el beneficio será doble. Compartir una afición o ilusión refuerza todavía más el beneficio directo sobre tu salud, vivir una vida «socialmente rica» es una de las garantías para alcanzar el bienestar psicológico. Sin embargo, cualquier actividad, por muy solitaria que sea, puede servir para empezar a sobreescribir tu experiencia y empezar a enterrar lo que no merece tener espacio en tu vida, el sufrimiento emocional soportado en una depresión, o una crisis personal de cualquier otro tipo.

Tampoco tiene porqué tratarse de una nueva experiencia. Puedes retomar alguna que abandonaste hace tiempo por olvido o falta de interés, y volver a explorarla porque puede que te traiga una satisfacción que habías olvidado.
Seguramente lo que hoy te cuento, no sea nada nuevo para ti. Sin embargo, aunque sabemos muchas cosas que podrían ayudarnos, muchas veces no las ponemos en práctica. Y si nosotros, diagnosticados con trastorno bipolar, no aprovechamos todos los recursos a nuestro alcance, jugaremos una partida de ajedrez con la vida sin todas las piezas. Y un simple peón, puede tener un gran valor.
Y por último, te invito a que me dejes un comentario para saber que estás ahí y qué piensas sobre lo que escribo. Ya sabes, que leer los comentarios me hace una ilusión especial.