Hace algún tiempo leí que una investigación revelaba que aquellos capaces de emocionarse a través de los demás, probablemente, tendrían un mejor pronóstico que aquellos que no sentían lo mismo por el otro. Me refiero a personas diagnosticadas con trastorno bipolar. He conocido personas en la asociación que han dejado de venir porque se contagiaban con las emociones de los demás. Otros, que después de tres años dejándose contagiar, no han vuelto porque ya no lo necesitan. Se sienten bien y hacen su vida. Me gusta recibir mensajes del tipo: «Me encantaría ir pero no puedo…». La asociación Esperanza Bipolar logró con algunos lo que nadie antes había logrado con ellos durante muchos años. Ni psiquiatras, ni psicólogos, ni tratamiento farmacológico. Saberlo y ver la evolución de muchos que todavía siguen viniendo es uno de mis mayores placeres de hoy.
La cuestión del comentario de hoy es muy sencilla de comprender. Si eres capaz de emocionarte con una película triste, alégrate. Si eres capaz de enfadarte con el cabreo de tu vecino, celébralo. Si eres capaz de sonreír con la alegría de tu pareja, invítala a comer un día. Si te contagia la tristeza de alguien, mucho mejor que si no lo hiciera. Déjate traspasar, haz un esfuerzo por sentir lo que el otro siente. Aunque haya quien todavía crea que se trata de debilidad, es todo lo contrario. Una fortaleza para tu salud.
Cuando uno vive en la cabeza, y no tanto en el corazón, está embotado. Los sentidos están tan adormecidos a cualquier hora del día como después de una paella en verano. Yo, sigo trabajando para estar cada día más conectado con mis emociones. No analizo, siento. Veo y saboreo. Escucho y amo. Nunca antes me había sentido tan bien. Ahora mismo me siento tan feliz que todo lo demás sobra. Esta tarde voy a dirigir un taller de escritura en la asociación y tengo una sorpresa para quienes cambien este día de verano por una tarde con las palabras. Las palabras son muy buena compañía. Te lo dice un escritor 🙂
Hay 12 comentarios en este articulo
tan contagiosos, que quiero una cepa de ese virus en mi país. Para cuando Esperanza Bipolar en Argentina? Gracias Alberto
Si eres capaz de emocionarte con una película triste alégrate. Si eres capaz de enfadarte con el cabreo de tu vecino, celébralo. Si eres capaz de sonreír con la alegría de tu pareja, invítala a comer un día. Si te contagia la tristeza de alguien, mucho mejor que si no lo hiciera. Déjate traspasar, haz un esfuerzo por sentir lo que el otro siente.
En todo esto que dices pienso que hay mucho de rapport. El rapport es cuando dos o más personas sienten que están en “sintonía” psicológica y emocional (simpatía), porque se sienten similares o se relacionan bien entre sí.1 La teoría del rapport incluye tres componentes conductuales: atención mutua, positividad mutua y coordinación. Un término éste que me ha dado a conocer una escritora de otro blog sobre bipolaridad y que se presta muy bien para ponerte en los zapatos del otr@.
Me ha gustado especialmente este post.
salud
Para mi modo de ver las cosas, los bipolares tienden a ser mas sensibles que insensibles.
En mi caso me considero muy sensible, lloro si alguien a mi lado lo hace y la felicidad de los demas me agrada.
in lak' esh (en maya, "yo soy otro tú") Juan Perez
Me ha llegado un artículo y como me parece que es de nuestra incumbencia lo estoy dejando caer en distintos foros, sólo por informar y porque me parece preocupante lo que pretenden hacer con personas diagnosticadas como enfermos mentales. He tenido que recortarlo porque no cabía entero.
El proyecto de nuevo Código Penal contempla la reclusión manicomial revisable cada cinco años para los enfermos mentales que hayan cometido un delito menor.
El trato penal a los enfermos mentales es uno de los muchos rasgos de involución y vuelta a los peores tiempos del siglo pasado que destila el nuevo Código Penal impulsado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con el apoyo del sector más duro del partido.
Uno de ellos es la nueva regulación de las “medidas de seguridad” de los enfermos mentales, que se apoya en un concepto de “peligrosidad” excesivo, según la fiscal Segarra. El código Gallardón abandona por completo el criterio de proporcionalidad hasta ahora existente en la aplicación de la pena y hace desaparecer la regla por la que no se le puede imponer una pena superior en duración ni en modalidad a estas personas de la que correspondería a una persona cabal. “Esto contraviene los más elementales principios del derecho penal”, sostiene Segarra. “Por una simple multa, un enfermo mental va a poder ser sometido a un internamiento en un centro psiquiátrico”.
Si los legisladores no corrigen el dislate, la pena privativa de libertad por un delito menos grave cometido por un enfermo mental –cualquier acción punible con menos de tres años de prisión– no solo se atendrá al acto cometido, sino también a la evaluación de la peligrosidad criminal y podrá ser cinco años de reclusión, prorrogable por otros cinco años y así sucesivamente sine die. En otras palabras: la reclusión perpetua no solo operará para los delitos más grave de terrorismo y violación con asesinato, sino también para las personas que sean consideradas enfermos mentales.
DIFUNDELO... NO HAY DERECHO...
me encanta tu post... cuando empece a medicarme sufria porque no podia sentir, lo dejaba porque sentía que todas mis emociones eran artificiales, le decia a mi dr. y a mi familia que estaba "anulada", y despues de un periodo de ajuste volví a sentir, y me encantó, poder vivir mis procesos, mis angustias y mis alegrias. Soy super sensible, lloro caleta jajaja, pero me gusta (obviamente sin contar las crisis depres profundas). Me sentí muy identificada, saludos =)
Pola, me encantaría hacer lo que esté en mi mano para que algún día comiences en tu país. Ya sabes dónde localizarme :)
Si piensas en rapport, empatía o sintonía te alejarás de las emociones, Theo. Las emociones se sienten, no se hablan :))
Oscar, yo también creo que tenemos una sensibilidad especial. Enhorabuena por sentir :)
Aunque puede ser, Juan, yo no soy todos los otros. Si la cultura maya te ayuda, adelante :))
Nada que añadir, Theo. Te veo combativo :))
No sabes cuánto me alegra leerte, Francisca. Yo no lloro "caleta" pero sí lloro muy de cuando en cuando. Y me gusta :))