Me ha costado mucho tiempo aprender a presentir si algo me puede llegar a hacer mucho daño. Aunque he sufrido desgaste este mes por varias circunstancias personales, me he dado cuenta a tiempo.

Es difícil estar en mi piel, al igual que es difícil estar en la piel de cualquier persona de este mundo. Antes nunca me planteaba la cuestión ¿ el otro o yo?, ni siquiera en circunstancias muy difíciles. Sólo lo tuve que hacer una vez y la respuesta no fue dolorosa como esta vez. Como todo dilema que me veo obligado a resolver, esta vez la respuesta ha sido «yo» y el motivo es muy simple. Muchos lo llaman autocuidado.

La vida me obliga a aprender y he estado muchas veces en el rincón de pensar. Allí he pasado horas, a veces días y semanas. Ahora no necesito tanto tiempo como antes para tomar una decisión, y la tomo aunque pueda equivocarme. Mis remedios no sirven a cualquiera, pero no tengo otros. Sé que no he perdido a un amigo, pero siento que lo he extraviado. No me apena si él no se extravía. Han sido cinco años a su lado llenos de momentos para no olvidar nunca. Ahora , es momento de llenarse de otros momentos. No soy invulnerable. Mi corazón es de oro duro, pero el oro también rompe.

«Mi vida es bonita pero duele, de cuando en cuando, como la de cualquiera. Trato de hacerla bonita aunque no siempre lo consiga. También intento hacer siempre lo mejor, aunque muchas veces no logre lo que pretendo. El desgaste con trastorno bipolar daña en exceso. Evita el desgaste siempre que puedas. Aunque parece que no tenemos elección, muchas veces sí la tenemos»