Lo ha pasado genial estas Navidades. Me siento genial y he disfrutado a lo grande. La fotografía de hoy son mis pimientos rellenos. Los hago una vez al año y esta fotografía es de hace un año por estas fechas. En Año Nuevo los volveré a hacer para mi familia.

Mi familia política es más familia que política. He tenido mucha suerte con mis cuñados y cuñadas: son maravillosos. A la madre de mi mujer -también llamada suegra- le pongo un 11, como diría ella. He comprado algún regalo para todos: cava, bombones, calendarios, canciones y una PlayStation para Roberto. Isabel y mi madre han necesitado cinco años para que yo me dejara convencer. Cuando me pongo burro no hay quien me gane. Cuando me pongo demasiado burro pienso que es el momento de dejarme ganar. Apunta la frase porque es la que más tiene que ver con el trastorno bipolar del comentario de hoy.

Me gusta mucho cocinar pero no lo hago a menudo. Como ahora voy a tener más tiempo, voy a retomar la cocina. Tengo libros de recetas para llenar un librería. De las grandes. Muchas veces he pensado que hubiera sido un buen cocinero. También un buen psicólogo, un buen científico o un buen investigador. Un buen diseñador, experto en márketing o en finanzas. He tocado todos estos palos de una manera u otra. Pocos piensan que el mejor psicólogo puede ser tu peluquera; o el mejor científico, la persona que acierta nueve de cada diez veces cuando toma decisiones. Me llama la atención que quizás lo que nunca habría llegado a ser es un buen ingeniero. Sin embargo, me las ingenio muy bien para disfrutar de la vida a tope estando diagnosticado con trastorno bipolar. Ciencia en mayúsculas.
El reto intelectual de descubrir qué se esconde tras los síntomas y cómo evitarlos ya está alcanzado. Nueve años. Ahora empezaré a utilizar los números. Llegó el momento de las matemáticas. Voy a seguir haciendo lo que hago con las personas que llegan a la asociación y están en un pozo profundo. Algunas empiezan a ver un poco de luz, otras han empezado a sentir cosas nuevas.
Feliz fin de año. El 2018 pinta muy bien para mí.