Nunca he sido una persona ansiosa pero sé lo que es la ansiedad. La recuerdo hoy porque la volví a sentir en las últimas dos semanas y tuve que tomar una decisión difícil para dejar de sufrirla.

Dicen que la ansiedad viene siempre por evitar «algo». Lo intenté de muchas maneras y no lo logré. No siempre logro lo que me propongo, mis límites me lo recuerdan. Cuando he excedido mis límites siempre me he sentido mal y he acabado peor. He aprendido a parar a tiempo y a dar prioridad a lo que siento. Si no me siento bien, es que algo va mal. Ahora, si no puedo arreglar una situación tomo una decisión para cambiar cuanto antes. Muchas veces no me protegí y aguanté demasiado tiempo para prolongar el sufrimiento. Me siento muy afortunado por haber aprendido algo importante: yo también soy importante. Me refiero a la necesidad de cuidar de mí mismo. Intento no caer en los mismos errores, pero no siempre lo consigo. Hacer daño a alguien siempre me duele.

«Si tienes ansiedad, algo tienes que hacer. Alejarte del foco de la ansiedad aunque pierdas algo importante es obligado. Piensa en alternativas, casi siempre las hay. Con el estrés, yo lo hice durante años. Si no hacía nada, el estrés seguía afectándome. Tomar una decisión radical para sentirse mejor es otra opción. Siempre tengo en cuenta que, a veces, es necesario aunque me cueste»