Esta vez bien acaba. Como tengo la costumbre de pensar en lo que me pasa, intentaré resumirte aquí lo que viví. Estando solo es más fácil sentirse bien cuando las cosas se ponen difíciles.

Isabel y yo nos divorciamos y después de pasar lo peor vino la calma. Sentí desesperación, decepción, daño, rabia, ira y tristeza. Al final, alivio. Mis sentimientos por el camino no cambiaron. Don José, te explicaré la diferencia entre emoción y sentimiento. Las emociones hacen mucho ruido pero el ruido dura poco. Primero me revolví mucho. Hice y dije cosas que no ayudaron, pero no puedo ni quiero arrepentirme. Es imposible actuar bien en una situación así y soltar la presión es humano. La perdoné pronto y la dije «Gracias» entre lágrimas. Meses antes ella había hecho lo mismo cayendo sus lágrimas sobre mi cara. Ella nos regaló su vida durante años. El sentimiento es lo que queda de pie después de las emociones. Nunca he dejado de sentir amor hacia Isabel. La escuché y comprendí. Acepté su decisión por amor. Ahora duermo como un bebé. Sin teta, pero como un bebé.

«Con bipolaridad, el mayor riesgo que tiene el amor es quedarse enganchado. O enganchada. Distinguir entre amor y necesidad no me resulta del todo fácil. En el amor de corazón siempre hay algo de necesidad, pero cuando hay demasiada necesidad todo se complica. Las emociones vuelan por los aires. Ahora necesito comer, caminar sobre las aceras, y poco más. Y me siento especialmente bien»