Descubrir lo que me gusta marcó un antes y un después en mi vida. Primero empecé a hacer cosas que me gustaban y cada vez sentía más placer con ellas. Después empecé a probar otras cosas y encontré también placer en ellas. Ahora son la base de todo lo que hago.

El punto de partida no fue fácil porque tenía casi cuarenta años. Mirando atrás, lo más difícil es dejar algo para enfrentarse a lo nuevo sin saber qué es lo que va a venir. En mi caso fue un trabajo, pero me podía haber pasado lo mismo con una  pareja o con una pasión descontrolada. Si me llevó casi diez años tomar una decisión radical fue porque no veía alternativas. Ahora es justo lo contrario. No me muevo mucho de donde estoy porque me cuesta imaginar un lugar mejor. Mi vida no es un orgasmo continuo, pero disfruto bastante. He tenido malos momentos, pero como los podía haber tenido cualquiera en mis circunstancias. Incluso me da la sensación de que he sabido llevarlos mejor que otros.

Si estás atado a algo, o a alguien, que te hace sufrir a menudo, abandónalo cuanto antes. Sea lo que sea, es muy probable que sea mejor lo que venga después. Recuperar placeres con trastorno bipolar es clave. Con tiempo y paciencia, es necesario que encuentres a alguien o algo que te guste. Mientras no te quedes enganchado a ese algo, o ese alguien, todo irá bien. Si ese algo o ese alguien acaba por hacerte daño, te encontrarás de nuevo en la misma situación. Y vuelta a empezar.