Las preguntas que introducen cada comentario no son realmente preguntas que tengan un sí como respuesta. Suelo tomarlas prestadas de conversaciones con personas diagnosticadas con trastorno bipolar como yo, o de otras conversaciones que he mantenido con personas cercanas que no tienen nada que ver con la enfermedad.

Hace algún tiempo, unos amigos me invitaron a cenar a su casa. Después del postre, le comenté a la mujer de mi amigo -buena amiga también- uno de los problemas que arrastré durante mucho tiempo. Después de explicárselo de una manera que no recuerdo, ella me dijo algo que me sorprendió:

        -«Así que lo que te gusta a ti es mariposear»

La verdad es que no me molestó pero tampoco me sonó muy bien. Como nos suele sonar todo que lleva una buena carga de razón. Mi amigo le quitó importancia a la palabra porque es una persona que no se siente cómodo con las palabras que pueden decir muchas cosas y ninguna al mismo tiempo. Cuando les comenté que tuve muchas dificultades para centrarme en algo, y la necesidad de hacer cosas muy diferentes en mi propio trabajo, una mariposa se posó en la mente de ella. Muy curioso y muy significativo.

Antes de encontrar aquello que me mantiene enfocado, di más vueltas que un molino. Y acabé por terminar un poco a lo «Don Quijote». Aunque ahora puedo reírme de mi mismo, nada de lo que me pasó tuvo ninguna gracia.

Hay personas con trastorno bipolar que se quejan a menudo de que no encuentran en lo que centrarse. Encontrar algo que te mantenga permanentemente centrado tiene un único nombre: pasión. Exactamente lo que siento desde hace cinco años. El mismo tiempo que llevo dedicándome a lo que me dedico y que ya bien sabes si lees este blog con regularidad.

En otros comentarios encontrarás otras cosas que tienen que ver con éste. Sin embargo, en el de hoy encontrarás una imagen con la que te puedes identificar o no. La imagen de una mariposa que no para quieta.