En las últimas semanas he sentido un cambio. Llevaba bastante tiempo programando cosas y he dejado de hacerlo. A veces tenía la sensación de que no tenía tiempo. Ahora me siento diferente.

Llevo muchos años rellenando agendas. Desde que compré la primera no he estrenado un año sin agenda. Unas con calendario, otras con hojas en blanco. En unas he apuntado cosas importantes sobre el trastorno bipolar que iba descubriendo sobre la marcha. A veces también gráficos. He vivido y escrito mi vida casi al mismo tiempo. Hace años dejé de sentir la necesidad de escribir. Aunque sigo haciéndolo en este blog podría dejarlo cualquier día. Escribir me mantuvo enfocado y proyectó mis sueños.

Ahora estoy enfocado en la vida y no tengo grandes sueños. Los mayores ya están cumplidos, los más importantes también. Tengo algunas ilusiones que son hermanos pequeños de los sueños. Si la vida se renueva en ciclos de siete años yo voy a estrenar el noveno y me siento un poco abuelo. Mi salud física no da para mucho más y he comenzado a tomar una pastilla para dormir porque mi calidad de vida iba a peor. Muchas horas despierto todas las noches sintiendo dolor me han llevado a recurrir a un fármaco.

Ser demasiado rígido no suele ayudar. En las situaciones difíciles puede ser un gran error. Ya no necesito demostrarme nada y eso me da mucha tranquilidad. Todo lo que aprendí sobre la enfermedad que sufrí ha valido el tiempo dedicado. Cinco años en los que sufrí la depresión, la hipomanía o la psicosis. Hace quince años, sufrí mi última depresión después del accidente que casi me cuesta la vida. Años después, algunas situaciones puntuales me mostraron una vulnerabilidad que ya no siento y ha desaparecido de mi vida.

«Siento que lo que necesitaba antes ya no lo necesito. Antes pensaba que las necesidades más importantes no cambiaban. Ahora mi mayor necesidad es seguir teniendo tiempo para cuidarme y mantener mi cuerpo en las mejores condiciones posibles. Mi mayor prioridad es envejecer con la mayor calidad de vida posible. Como me decían dos mujeres octogenarias hace no tanto tiempo: «Disfruta». Pues eso.»