Mi nueva rutina consiste en no tener rutina y me moriré sin tenerla. Siento responsabilidades pero no tengo obligaciones. Sólo la responsabilidad con mi familia, Esperanza Bipolar y los libros me obliga, el resto lo elijo.

Mi vida ha cambiado radicalmente más de una vez. Hace quince años, la explosión que sufrimos me dio la vuelta como a un calcetín. Fundar Esperanza Bipolar cambió el calcetín de color. Escribir dos libros marcó un antes y un después en mi vida por lo aprendido. Cambiar la vida de más de una persona marcó un antes y un después por lo sentido. Desde que mi ex-mujer decidió nuestro divorcio, no necesito nada que no tenga. Creo tener más que lo que necesito, aunque eso nunca se sabe. No tener rutina es una forma de rutina como otra cualquiera. Para algunas personas como yo, la no-rutina es más saludable. Mi rutina que no es rutina cambia en función de mis circunstancias.

«Cuando sufría el trastorno bipolar tenía una rutina que no me hacía bien. Desde hace mucho tiempo mi rutina me hace mucho bien. Lo que hago todos los días determina cómo me siento. Cuido los detalles para seguir bien y seguir siendo feliz. Si encuentras la manera de sentirte mejor piensa en cómo es tu rutina. Darte cuenta de los detalles más importantes también puede cambiar tu salud a mejor»