Si no hubiera sido por mi mujer podría haber caído en una psicosis. Hizo lo mejor que se podía hacer en una situación difícil y fue vital para dejar atrás el riesgo de recaída. Dedicado a Fernando.

Mi familia también me ha favorecido. En especial, mi madre supo cómo reaccionar cuando me veía un poco fuera de mí. Tiene una inteligencia y una sensibilidad tan especial que me hacía darme cuenta sólo con su actitud y su mirada. Mi hermano ha confiado también en mi recuperación porque sus decisiones así me lo han hecho ver. Si hubieran tenido miedo no habrían podido actuar de la mejor manera. Hace más de diez años, hubo una ocasión en la que mi madre y mi mujer temblaron. Aquel día sentí una tristeza enorme porque mis reacciones no tenían que ver con la enfermedad y sentí una impotencia muy grande. De todas maneras comprendí su reacción porque la situación era de mucha tensión. Menos mal que supe mantener la calma.

«Yo he tenido bastante suerte con mi familia. Aunque mi padre me perjudicó durante mucho tiempo, él no fue el único responsable de lo que me pasó. El entorno puede condicionar tanto o más que los genes. Si has tenido un entorno normal, los genes habrán marcado la diferencia. Con un entorno difícil, quizás la carga genética que predispone al trastorno bipolar pueda ser menor.»