Tenía treinta y dos años. Había salido de una depresión pocos meses atrás. Estaba estudiando en Oxford cuando sufrí un brote maníaco con delirios psicóticos. Mis recuerdos son nítidos pero desordenados. Dedicado a Lissett.
El «click» fue en una clase. Recuerdo tener ganas de reír con un compañero. Al entender unas matemáticas complejas después de mucho tiempo alejado de los números, mi cabeza se giró. La sorpresa me llevó a pensar que podía ser capaz de cualquier cosa. Y no me equivoqué: acabé en el psiquiátrico por primera vez en mi vida. Recuerdo una noche que me mostré muy sensible con dos personas que conocí en un pub. También algunas situaciones envueltas en un halo especial. Hice dos llamadas de teléfono con la cabeza ya volada. Un amigo se dio cuenta de que no estaba bien por la conversación que tuvimos. Dentro de mi locura, mi cabeza se giró y empecé a pensar que todo era un fraude organizado. Estuve ingresado varias semanas en dos hospitales haciendo cosas sin sentido aparente. Recuerdo cómo mi mujer me abrazaba cuando yo estaba fuera de mí tumbados sobre la cama del hospital.
«Recuperarme me llevó más de un año. Sufrí otra depresión y el miedo de regresar a mi trabajo. El miedo es la palabra que mejor me definía en aquella época. El estrés me hacía sentir cada vez más acorralado y más indefenso. Llevé el miedo como pude durante otros dos años hasta que me sentí liberado de la carga. Al salir del segundo hospital, recuerdo una imagen que me hizo un daño especial. En los pasillos de un hotel, ver a unos ejecutivos con traje me provocaron una mueca de dolor como si me hubieran clavado cien agujas en el rostro.»
Hay 5 comentarios en este articulo
He sufrido casi exactamente los estados de ánimo que mencionas, aunque en circunstancias ambientales -naturalmente- distintas, La hipomanía que me convertía en Superman y la depresión que me transformaba en la rata miedosa más despreciable del mundo. Por supuesto prefiero la hipomanía, que me hace feliz (no la manía pues soy bipolar fase II). Recuerdo que en mi primer viaje a Europa, comenzó la depresión ¡en París!. Luego el itinerario posterior no lo disfruté de manera alguna, A los dos años hice casi el mismo periplo, pero en hipomanía, y los tours que había hecho antes, los "sentía" de otra manera: ¡Todo era espléndido! Por supuesto prefiero estar en la etapa de hipomanía. Después de jubilarme, el estrés disminuyó considerablemente y las depresiones son más "suaves", muy separadas en el tiempo y breves.
Gracias por escribir para todos los que pasan por aquí, Gerardo. Me alegra que tu salud haya mejorado.
Hola leía tu post y recordé el mio, pienso que eres muy afortunado de haber contado con tu esposa. El mio fue a los 28 años cuando todo iba bien. Luego lo pase sola en el psiquiatra, mi familia pensando q me hacía la loca, perdí mi puesto de trabajo y recuerdo el miedo de volver a el. Como explicar algo q no comprendía. Recuperarme la única opción me llevó 2 años. Cometí el error de contar al padre de mi hija y algunos amigos y desaparecieron por completo. Estoy sola y duele aún mucho. Aún tengo miedo de volver a confiar en lo que se y también duele. Encontré algo de paz en mainfulnes. He tenido mi segundo brote y he tenido q volver a la medicación. 😐
Lo sé. Siento que hayas perdido tanto debido a tu sinceridad y algo que no dependió de ti. Ojalá las personas pudieran ser más comprensivas en circunstancias tan difíciles. Te deseo que vuelvas a recuperar tu tranquilidad. La manera en que lo logres no importa.
Gracias así será apartir de ahora.