Este año han cambiado mis prioridades por necesidad y me siento bien. He hecho muchas cosas que no hacía antes y estoy contento de poder hacerlas sin mucho desgaste. Me pilló el cambio en buen momento.
Al principio mi prioridad fue mi salud. Cada vez hacía más cosas relacionadas con el trastorno bipolar pero siempre atento a mi salud. Si dejaba de sentirme bien, paraba o repensaba sobre cómo cambiar algo. Nunca perdí el foco ni abandoné mi ocupación durante mucho tiempo. Hace dos años que ya no necesito preocuparme por el trastorno bipolar porque las sensaciones físicas que alertan de los síntomas han desaparecido y sé detectarlas. Sé cómo lo hice y lo logré gracias a lo que he aprendido sobre la la neurociencia y el cerebro. Mis comentarios en este blog muestran detalles importantes sin entrar en el tema de la biología. Desde mi primer libro pensé en escribir de la forma más clara posible. Ahora me dedico a mi madre, Raquel y Roberto, Isabel y mis amigos. Esperanza Bipolar y disfrutar de la vida todo lo que puedo completan mis horas despierto.
«Depende del momento en el que te encuentres, las prioridades son diferentes. Yo he cambiado mi rutina por dos motivos principales. Si mis prioridades cambiaban, cambiaba mi rutina. Si perdía motivación en algo que estaba haciendo, dejaba de hacerlo para comenzar algo nuevo. Todos los cambios han estado orientados por mi necesidad de enseñar lo aprendido»
Hay 2 comentarios en este articulo
Ostras, y cómo cambian. Pero cuesta mucho hacerlo, por lo menos a mí me ha costado. Me ha costado parar la máquina, renunciar a muchas cosas (algunas muy dolorosas, como supongo que te habrá ocurrido a ti), sufrir el rechazo y la ruptura de relaciones importantes... Reconozco que no he conseguido cambiar las cosas en relación a mi trabajo: todavía a día de hoy en el medio laboral tengo que seguir ocultando mi condición de bipolar.
Creo que en lo que más he cambiado es en que soy más yo. Lo cual me permite, paradójicamente, ser más tolerante con los demás. Por otra parte, estoy más tranquilo y eso hace que disfrute más de las cosas y además, al tener menos interferencias mentales, sea más productivo. He conseguido que todo me interese y todo me importe un bledo al mismo tiempo, lo cual me encanta. Y —toco madera— sobre todo he dejado de lado el miedo patológico, el puñetero pánico, que ha sido mi compañero de toda la vida. En in, que no me puedo quejar ;)
Un abrazo.
Enhorabuena, Carlos. Has logrado lo más difícil y lo más importante a la vez. Yo creo que también.