Hace tiempo, a una mujer chilena le ayudó leerme. Ahora me ha vuelto a escribir. Hoy le dedico este comentario sobre cómo una pareja puede ayudar o destruir a una persona con trastorno bipolar.

Yo no tuve problemas de pareja hasta los cuarenta años. Me diagnosticaron con trastorno bipolar con treinta y dos. Conocí a Reyes muy joven. Tuvimos a Raquel y a Roberto, y la perdí en el accidente que casi nos cuesta la vida a los tres. Después tuve dos relaciones cortas y doce años con Isabel. Mi relación con Isabel tuvo de todo. A veces fue fácil, y otras muy difícil. Si no hay mucha afinidad entre dos personas, las relaciones tienden al conflicto. Si una tiene una mentalidad rígida también. Con trastorno bipolar, intuyo que muchas relaciones sin afinidad acaban mal. Si una persona depende demasiado de la otra, la tensión está asegurada. Si quieres hacer vida en común siendo muy diferentes, problema gordo a la vista. Con hijos ya ni te cuento.

«Cada persona necesita una cosa diferente de su pareja. A mí me gusta querer a una mujer. Otros necesitan pasarlo bien en pareja o hacer todo juntos. Primero es bueno saber lo que tú necesitas. Después es conveniente descubrir lo que necesita tu pareja.Conocer tus límites es importante. Por mucho que lo intentes hay cosas imposibles. Mi especialidad es intentar imposibles pero no siempre lo consigo»