El otro día leí que un médico recomendaba a sus pacientes pautas para mejorar la autoestima. No creo que exista ninguna pauta muy eficaz, entre otras cosas porque la autoestima es un concepto muy abstracto y difícil de agarrar.
 
Yo me sentía incapaz de lograr algo que era importante para mí. Ninguna pauta me hubieran servido de nada. Esa sensación me llevó a pensar que era un inútil para mi profesión. Tampoco tenía ni idea de para qué podía ser útil. La sensación de sentirse un inútil es traducida por muchos como pérdida de autoestima, algo que puede ocurrir en un caso extremo. Yo me echaba la culpa de mi incapacidad y eso duele bastante. Ahora me doy cuenta de que mi problema más importante era otro: mi incapacidad para disfrutar lo suficiente con lo que hacía como para no sufrir.
 
Disfrutar de la vida es incompatible con no quererse a uno mismo. Uno se quiere cuando quiere su vida y se siente bien. Como me siento desde hace mucho tiempo.