LLevo quince días de vacaciones de Facebook. Cuando lo comenté, muchos pensaron que había tenido una recaída. Muchos me deseaban que me recuperara pronto. Ni recaída ni nada por el estilo. Cuando decidí descansar pensé que echaría de menos visitar los comentarios de los grupos relacionados con el trastorno bipolar, y me he llevado una sorpresa. Además de no necesitarlo, me siento más tranquilo que hace dos meses.

Hay veces que se aprende haciendo cosas nuevas. Eso lo sabe todo el mundo. Lo que pocos saben es lo que se aprende dejando de hacer cosas que haces a diario. Si eres bipolar, te recomiendo que lo pruebes a menudo. Es una prueba que dice mucho de ti, porque te enseña lo que necesitas y lo que no. Y saber lo que necesitas y lo que no, es fundamental para saber la vida que te conviene llevar. No hace falta necesitar mucho ni necesitar poco, lo importante es descubrir lo que realmente necesitas.

Yo sé lo que necesito todos los días del año, y hago precisamente todo lo que necesito hacer. Así llevo más de diez años y así llevo casi ocho sin síntomas. Ni subo ni bajo. Me siento bien casi siempre. Sé lo que tengo que hacer para no deprimirme y también lo que necesito hacer para dormir bien. También sé lo que tengo que hacer para no ser vulnerable a la psicosis ni a la manía. Lo he comprobado con mi cuerpo y con todo lo que he aprendido de la biología del cerebro. Mi propia teoría no sólo es coherente, sino que es respaldada por mi vida y mi salud.

El otro día una persona me mandaba un mensaje para derivar algunas personas a una asociación de bipolares de una ciudad española. La palabra derivar me da alergia. Las personas se contagian del vocabulario médico y muchos se dedican a hablar del estigma sin darse cuenta de que lo promueven desde su manera de hacer las cosas. Hoy, una persona me contaba que para acudir a una asociación tenía que pasar antes una entrevista con un psicólogo. Menos mal que me siento libre. La manera de funcionar de la mayoría de la gente hace que muchos vayan por la vida siguiendo la flecha. Como en Ikea.