Hace muchos años dejé mi profesión. Nada hubiera podido cambiar mi vida tanto como aquella decisión. Tuve el presentimiento de que podía dedicarme a otra cosa y lo hice sin pensar. El presentimiento tenía forma de libro y cumplía tres ventajas. La primera consistía en que podría marcar mi propio ritmo para escribirlo. La segunda: la lectura me permitiría elegir qué leer, dónde leer y cuándo hacerlo. La tercera era consecuencia del miedo. Si volvía a deprimirme, el libro siempre estaría esperándome. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Lo único que sabía es que me gustaba leer.

El otro día hice esta pregunta en Esperanza Bipolar. Una persona contestó: aprender a estar más tranquila.

Y a ti: ¿qué te podría cambiar la vida de una manera radical?

Es importante que sólo dependa de ti.