El otro día leí un artículo en un periódico digital que hablaba del uso de las redes sociales por parte de quienes sufren cualquier enfermedad. Un profesional de la salud hacía referencia concretamente a quienes padecen trastorno bipolar u otras enfermedades mentales y me quedé sorprendido por su comentario. Afirmaba que eran positivas en el sentido de que podían servir de contención a los enfermos. 

LLevo años participando en grupos donde personas con trastorno bipolar comparten información y experiencias. Mi opinión es que la mayoría de ellos son de gran valor para las personas que participan. Aunque tienen muchas limitaciones, hay personas que no tienen acceso a una asociación o prefieren comunicarse cómodamente desde su casa con otras personas con las que tienen algo en común. Con la perspectiva que me ha dado el tiempo, pienso que las redes sociales tienen demasiadas limitaciones para una verdadera comunicación. No he visto pero he leído conflictos y malentendidos. También es verdad que han sido pocos en relación a todo lo publicado.
Las redes sociales no me parecen un medio de contención. Su principal virtud es que son un medio de comprensión. Muchas personas han comprendido cosas relativas al trastorno bipolar gracias a las redes sociales. Yo también he aprendido mucho gracias a ellas. La cuestión importante es saber poner límites. En todos los sentidos, unas de las claves para dejar de sufrir esta enfermedad.