¿Sí? De verdad que lo siento por ti. No me atrevo a hablar del estigma porque siento mucho respeto por aquello que hace sufrir sin motivos claros. El estigma es como el miedo: poderoso e irracional.

Conozco personas que tienen que andar buscando la manera de ocultar todo aquello que tiene que ver con la enfermedad. Si el motivo es no perder un trabajo, el motivo es importante. Tiene que ser muy difícil tener una buena vida con semejante limitación. Se me ocurren otros «armarios» de los que cuesta mucho salir y dicen que hacen sufrir también lo suyo. Estigma y vergüenza son hermanos gemelos. 
¿Cómo avergonzarse de lo que uno es? Yo soy bipolar sin serlo, y me siento un privilegiado. Quizás por este motivo no voy a dar hoy ninguna receta mágica. Yo sufro el estigma del pensionista. Tengo menos de cincuenta años y llevo diez sin trabajo con horario. Sin embargo, ahora trabajo más que antes y cobro menos. Paradojas de la vida. O quizás no. Cobro sonrisas, hojas dedicadas, guasaps cálidos. abrazos, buenos deseos y de vez en cuando algún detalle. Pegatinas para mis hijos que están pegadas en la puerta de su habitación. Y muchos «gracias». Esa es mi colección particular de buenos recuerdos de los últimos años.
Además, en este tiempo he visto de todo. Tanto, que empiezo a pensar que la enfermedad no es tan enfermedad para muchos. Y antes lo era :))