El año pasado conseguí durante un mes no tomar pastillas para dormir. Con dolor crónico es difícil pero yo sigo intentándolo. Cada vez me siento más cerca de no necesitarlas.

En noches de estrés, hace años necesité tomar dos pastillas en lugar de una. No me pasó muchas veces, pero nunca he evitado tomar fármacos si siento que lo necesito. Tenía claro que no iba a pegar ojo si no tomaba algo porque tenía problemas que no me dejaban parar mi cabeza. Este año mi mujer decidió divorciarse en el momento que más enamorado estaba. Esta decisión me hizo sentir de todo. Desesperación, daño, ilusión, tristeza, decepción, desilusión y rabia. A pesar de todo, dormí tranquilo. Cinco meses difíciles que han terminado con la intención de continuar con el amor y el cariño que todavía nos tenemos.

«Las relaciones de pareja con trastorno bipolar pueden ser especialmente difíciles. Dependen mucho de la afinidad de las dos personas. Si los intereses de la pareja entran en conflicto todo se complica. Es necesaria mucha comprensión y donde no llega la comprensión sólo puede llegar el amor. Yo siento un amor incondicional por mi mujer que me costó mucho tiempo llegar a sentir. Nuestras circunstancias no han sido fáciles pero sigo haciendo lo posible por morir juntos.»