Aunque este comentario estaba pendiente, hoy he leído algo que me ha hecho recordar que tenía que escribir sobre este tema. Desgraciadamente, la clase de mensaje que me recuerda la cantidad de cosas que circulan por ahí perjudiciales para quien padece o sufre trastorno bipolar.

Antes de hablar de éxito, sería conveniente aclarar a qué nos referimos con esta palabra tan «exitosa» en la sociedad de hoy. Lo que es un éxito para mi puede ser poca cosa para otros. Hace algún tiempo, una persona que viene a la asociación, antes de entrar en la reunión, me preguntó si yo trabajaba.  Me sorprendió tanto la pregunta como el tono en que me la preguntó. Una persona que acababa de salir del hospital y estaba sufriendo mucho más de lo que quería aparentar. Al ver que la pregunta me hizo gracia, se explicó mejor. Quería decir si sólo me dedicaba a la asociación y no hacía «nada más». Hoy es el día que disfruto viéndole porque apenas tiene ojeras y empieza a sonreír. Si no hubiera venido a la asociación hubiera pasado la travesía del desierto. Con su psiquiatra, su tratamiento y todo lo demás. Todo no hubiera sido suficiente. Lo he visto ya tantas veces que ni siquiera me sorprende.

También me he dado cuenta que hay quien piensa que el éxito es que venga mucha gente a las reuniones. Si no vienen tantos como venían antes, algo debemos estar haciendo mal. Me sorprende darme cuenta de que yo hubiera pensado lo mismo hace quince años. Tenía un concepto del éxito muy diferente al que tengo ahora. El mayor éxito que disfruto ahora es ver que la asociación ha cambiado la vida de muchos a mejor. A muchos de ellos, les ha dado la vuelta.

El año pasado organicé un taller dentro de la asociación al que vinieron, al principio, una docena de personas. La asistencia fue a menos. Los últimos días, menos de seis. El último, una. Sin embargo, fue uno de los días más especiales que he disfrutado en la asociación. La persona que vino me dijo que llevaba muchos años oyendo un ruido dentro de su cabeza. Un médico puede poner nombre a esto, yo sólo soy un paciente. Un día, paseando por la ría de Bilbao, se dio cuenta de que el ruido había desaparecido. Le conozco desde hace cinco años y no es el mismo. La verdad es que yo tampoco.

¿Dónde está el éxito? Entre otros muchos, en que sigo disfrutando haciendo lo que hago. Y en que el éxito me da igual. Lo que me importa son las personas 🙂