Me gusta sentirme tranquilo porque tranquilo me siento bien. Cada día me cuesta menos volver a la tranquilidad aunque esté más activo. Cuando algo roba mi tranquilidad hago lo posible por recuperarla.

Hace años necesitaba estar más tiempo solo. Primero empecé haciendo cosas que me gusta hacer, después empecé a dedicarme cada vez más a Esperanza Bipolar. Pasaba mucho tiempo solo porque mi cuerpo me pedía tranquilidad. El dolor me pedía reposo y silencio. Hoy sigo necesitando reposo y silencio pero puedo tener una vida un poco más activa. Muy pronto me di cuenta de que mi salud física sólo podía empeorar debido a las secuelas del accidente. Vivir cada vez con más dolor no es fácil pero lo llevo bastante bien de momento. Me muevo bastante todos los días porque me ayuda a aliviar el dolor y el aire libre me sienta bien. Al ocuparme de la casa he dejado de hacer cosas por falta de tiempo que antes podía hacer. La adaptación a mi nueva rutina ha sido bastante rápida.

«Me regalo todo lo que me sienta bien siempre que puedo. Si algo o alguien me provoca estrés intento buscar una solución rápida al problema. Antes acumulaba demasiado y aprendí a reaccionar a tiempo antes de que los problemas crezcan. Si puedes identificar alguna causa de tu malestar, puedes comenzar a pensar en la manera de evitar el malestar.«