Mi necesidad más marcada es la necesidad de aprender. Con el tiempo he ido perdiendo interés en aprender, pero sigo haciéndolo todos los días. Siempre tengo un nuevo libro por leer.

Antes perdía la motivación, y me cuesta mucho hacer las cosas sin motivación. Me gusta aprender, y los retos también. Mi necesidad de aprender fue una vulnerabilidad que condicionó mucho mis síntomas del trastorno bipolar. Años después, convertí esta necesidad en una ventaja y acondicioné mi vida alrededor del aprendizaje. También tenía la necesidad de emprender: quería ser el motor de algo nuevo. Creé Esperanza Bipolar y he dedicado a la asociación casi diez años. Ahora no sé si podría prescindir de todo, pero intuyo que de gran parte sí. Disfruto de otras muchas cosas a pesar de mi mala salud física.

«La necesidad que te hace vulnerable te puede llevar a la depresión y a la manía. Puede ser también una ilusión como el amor ideal, la justicia o el éxito. Encontrar la manera de hacer compatible tus necesidades con tus capacidades es vital. Si necesitas algo y no puedes tenerlo, lo sufrirás. Si lo logras, tendrás una vida muy rica. Algunas necesidades van cambiando, pero otras permanecen. Las que permanecen son las importantes.»