Deseo tener salud hasta los ochenta para poder cumplir mis otros deseos. Ver a mis hijos crecer, disfrutar de la vida con las personas que quiero y seguir atendiendo a personas en Esperanza Bipolar.

Mi salud física empeora, pero mis ganas de vivir siguen intactas. Me costó mucho aprender cosas que para otros fáciles. Sé hacer cosas que para otros son muy difíciles. Ya no quiero aprender tanto desde fuera, quiero aprender más desde dentro. Sigo disfrutando con los libros pero leo con cuentagotas y más por placer que otra cosa. Me siento feliz porque mis hijos están bien y mi madre todavía sonríe. La media naranja de mi medio limón enriquece mi vida con su vitalidad y su cariño. Estoy dispuesto a aprovechar al máximo el tiempo que me quede aquí. Como no tengo miedo y me siento muy tranquilo seguiré escribiéndote. Algunas publicaciones muy importantes tienen que ver con el trastorno bipolar. Otras son más humanas y tienen que ver con mi vida de ahora. Un paso de gigante fue aprender a no sufrir de estrés con nada de lo que hago. Soy responsable ante los demás, pero no soy responsable de los demás. Nunca soñé llegar tan lejos, pero hice todo lo posible por dejar de sufrir los síntomas. Mi curiosidad me llevó más lejos todavía para descubrir lo que muchos psiquiatras desconocen. Me hace muy feliz poder compartir contigo las claves que me llevaron a la remisión.

«Depresión rima con desilusión. Desde que tengo ilusiones no me deprimo. Manía rima con fantasía. Desde que no tengo fantasías inalcanzables no tengo manías. Intenta evitar el deseo intenso si puedes y las manías no te pillarán por sorpresa. Te deseo un 2023 mucho mejor que el 2022. Y si el 2022 fue un buen año, que el 2023 no sea peor»