Uno de los recuerdos que guardo de mi vida de «antes» tiene forma de pensamiento. De vez en cuando, solía pensar que mi vida iba a ser siempre demasiado previsible y aburrida. Años después me di cuenta de lo estúpido que era este pensamiento.
Dejó de ser aburrida casi en el momento que abandoné mi profesión. Lo peor vino después. Dejó de ser previsible en el momento en que una explosión en el piso donde veraneábamos dio la vuelta a la vida de toda mi familia con la misma facilidad con la que uno da la vuelta un calcetín. Un instalador cometió una imprudencia con un tubo de goma en nuestra cocina de gas y la balanza se inclinó por el lado de la vida para mis hijos y para mi. Mi mujer y varios vecinos no tuvieron la misma suerte. Si no fuera por ellos, podría recordar aquel día de otra manera muy diferente.
Después de tanto dolor, mi vida ha cambiado a mejor. He recuperado toda la salud que podía recuperar y ahora estoy dedicándome a facilitar que otros aprovechen de mi experiencia lo que puedan. Si mi vida ahora es más estimulante que la que nunca pude imaginar, es por este sencillo motivo. La vida es como el agua de esta fuente. Parece que nunca va a dejar de correr, y, sin embargo, puede dejar de hacerlo en cualquier momento. Habiendo aprendido esta lección de tan mala manera, todo deja de importar realmente. La mejor vacuna para dejar de sufrir.
Aburrirse no es lo contrario de divertirse. En realidad, significa no tener motivación hacia algo o no ser capaz de enfocarse en algo. En mi profesión sufrí las dos dificultades al mismo tiempo. Ahora, ninguna de las dos. Si eres capaz de encontrar un algo que cambie tu vida en este sentido, habrás dado un gran paso. Quizás un paso decisivo en la dirección de la salud. Siempre y cuando no olvides que ese algo, en realidad, no es tan importante como puedas creer. Lo importante es justamente todo lo demás.
Hay 8 comentarios en este articulo
Así es, la vida es una fuente que pienso sigue y sigue manando sin cesar. Por mucho que piense que la muerte me puede sobrevenir de manera fulminante o sorpresiva, no es algo que termine por creérmelo y sigo haciendo planes de futuro. Moriré de viejo, me digo sin decírmelo.
Sólo los que han tenido un cara a cara con la muerte, los que son diagnosticados con un plazo terminal o una grave enfermedad física o tantos otros que la simple supervivencia de un día más sea todo un desafío, pienso que tienen una óptica mejor ajustada sobre el valor de estar vivo. Y tal y como dices, por regla general poseen una motivación y un enfoque muy distinto al del común de los mortales.
El aburrimiento no cuenta para ellos. El aburrimiento sobreviene del hastío, de la repetición, de la desidia, de la pereza y de otros ingredientes que pasivizan al individuo. El aburrimiento es vivir sin ganas, sin recompensas ni satisfacciones y una extraña sensación de no saber qué hacer teniendo todo el tiempo del mundo a tu disposición.
Y sin embargo, puede ser también un buen punto de partida.
Sabias palabras, mi amigo!!!!!!!!!!!!
Estoy de acuerdo con ambos. También tuve experiencias cercanas a la muerte por el diagnóstico de una grave enfermedad, mortal. Saqué fuerzas de flaqueza, y a pesar de tener un trastorno bipolar no me vine abajo, sino que luché por la vida.
Mi vida según mi psicólogo es como una peli de holliwood.
Yo no hago muchos planes de futuro y creo que es la actitud más adecuada con trastorno bipolar. De presente tengo muchos más y son los que realmente cuentan. El haber estado tan cerca de morir sí que te cambia la perspectiva y nunca la vida vuelve a ser la que era "antes de". Realmente su valor se acerca a lo que realmente es: lo más valioso que tenemos. Gracias por escribir :))
Gracias, bloguero :))
Me sabe a poco tu comentario. Si la próxima vez lo amplías para comentar tu experiencia, ayudarías a muchos :))
Amigo Néstor, yo me preocuparía por que sea una peli con final feliz.